No hay nada más sorprendente y fascinante que el proceso de aprendizaje de un niño. De 0 a 6 años, el cerebro manifiesta un dominio de desarrollo que no se repetirá con el mismo esplendor a lo largo de nuestra vida. Si a esto le añadimos el gran deseo por descubrir y el enorme potencial de vida activa y afectiva que se puede desplegar, la capacidad de aprendizaje a estas edades es incalculable.
Descubrir, experimentar, pensar, observar percibir, expresar, crear, escuchar, imaginar, educar, soñar, sentir, vivir... son los pilares sobre los que construimos el proceso de enseñanza-aprendizaje en nuestra aula.

APRENDER A APRENDER

"Maestro, dímelo y lo olvidaré, muéstramelo y tal vez lo recuerde. Enséñame a hacerlo y lo aprenderé, porque ya es parte de mi vida".
(Confucio)
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"Los niños saben, y si saben, todo cambia.
... Saben porque viven en una familia descubriendo muchas cosas y desarrollando muchas habilidades. No podemos pedirles que se sienten y se callen".
(Francesco Tonucci).








martes, 10 de noviembre de 2015

DRAMATIZAMOS EL CUENTO DE: LA CENICIENTA

COMO ACTIVIDAD PREVIA A LA EXCURSIÓN AL TEATRO HENOS REALIZADO, ENTRE OTRAS MUCHAS, LA DRAMATIZACIÓN DEL CUENTO EN CLASE:

Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijas a cual más fea. Era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta.estrella




 Un día el Rey de aquel país anunció que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jóvenes casaderas del reino.


- Tú Cenicienta, no irás -dijo la madrastra-. Te quedarás en casa fregando el suelo y preparando la cena para cuando volvamos.

 Llegó el día del baile y Cenicienta apesadumbrada vio partir a sus hermanastras hacia el Palacio Real. Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus sollozos.
 - ¿Por qué seré tan desgraciada? -exclamó-. De pronto se le apareció su Hada Madrina.    
 - No te preocupes -exclamó el Hada-. Tu también podrás ir al baile

 pero, ¿podré ir así, con estos vestidos tan feos?
Su madrina no hizo más que tocarla con su varita, y al momento sus ropas se cambiaron en magníficos vestidos de paño de oro y plata, todos recamados con pedrerías;
 luego le dio un par de zapatillas de cristal, las más preciosas del mundo.


 Ve al jardín y tráeme una calabaza
 
Cenicienta fue en el acto a coger la mejor que encontró y lo llevó a su madrina, 
 
sin poder adivinar cómo esta calabaza podría hacerla ir al baile. Su madrina la vació y dejándole solamente la cáscara, la tocó con su varita mágica e instantáneamente  se convirtió en un bello carruaje todo dorado.


 

Luego pidió a Cenicienta que mirara dentro de la ratonera, donde encontródos ratones vivos. Le dijo a Cenicienta que levantara un poco la puerta de la trampa, y a cada ratón que salía le daba un golpe con la varita,
 
 
y el ratón quedaba automáticamente transformado en un brioso caballo; Así hizo dos caballos de un hermoso color marrón y gris ratón. 
 

Como no encontraba con qué hacer un cochero








Cenicienta le llevó otra trampa donde había dos ratones gordos.


Tan pronto los trajo, la madrina los trocó en dos lacayos que se subieron en seguida a la parte posterior del carruaje, con sus trajes galoneados, sujetándose a él como si en su vida hubieran hecho otra cosa.







 Una vez ataviada de este modo, Cenicienta subió al carruaje;
 pero su madrina le recomendó sobre todo que regresara antes de la medianoche, advirtiéndole que si se quedaba en el baile un minuto más, su carroza volvería a convertirse en calabaza, y  sus lacayos en ratones, y que sus viejos vestidos recuperarían su forma primitiva. Ella prometió a su madrina que saldría del baile antes de la medianoche. Partió, loca de felicidad.




 La llegada de Cenicienta al Palacio causó gran admiración.

 

 
 
 Al entrar en la sala de baile, el Rey quedó tan prendado de su belleza que bailó con ella toda la noche.




 Sus hermanas tras no la reconocieron y se preguntaban quién sería aquella joven. En medio de tanta felicidad Cenicienta oyó sonar en el reloj de Palacio las doce.

 

- ¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que irme! -exclamó-.
 Como una exhalación atravesó el salón y bajó la escalinata perdiendo en su huída un zapato, que el Rey recogió asombrado.





Para encontrar a la bella joven, el Rey ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato. Envió a sus heraldos a recorrer todo el Reino. Las doncellas se lo probaban en vano, pues no había ni una a quien le fuera bien el zapatito.estrella 

 








 Al fin llegaron a casa de Cenicienta, y claro está que sus hermanastras no pudieron calzar el zapato,


 




 pero cuando se lo puso Cenicienta

 

 

  vieron con estupor que le estaba perfecto. 

 

 




   Y así sucedió que el Príncipe se casó con la joven y vivieron muy felices.

















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